Thurston Moore rentaba un cuato en la Calle 13 Este de la ciudad de Nueva York.
Tenía diecinueve años y los bolsillos vacíos.
Como la mayoría de artistas de su generación, se alimentaba de ideales: quería contribuir a la revolución estética del punk rock .
En ese entonces, 1977, tocaba la guitarra en una banda llamada Coachmen.
En octubre de 1978, Nancy Spungen, pareja de Sid Vicious, apareció muerta en un hotel de Nueva York.
Vicious, arrestado bajo sospecha,permaneció un tiempo en la cárcel, hastaque la compañia Virgin Records pagó la fianza.
Poco después, el británico fue a una tocada de su amiga Judy Nylon en el club CBGB.
Thurston Moore, poco sociable, sólo se juntaba con los Coachmen.
Una noche, decidieron ir en grupo al CBGB por invitación del baterista de Judy Nylon.
Estaban sentados cuando vieron entrar a Vicious.
Flaco, desgarbado, con la adicción tatuada en el rostro, el bajista de los Sex Pistols se sentó a unos metros de Moore.
Era el momento de abordarlo para decirle que su sueño era formar una banda con él.
Ambos tenían veinte años, pero había algo que los separaba: el neoyorquino deseaba transformar el sonido del punk rock; el crápula londinense, en cambio, sólo quería picarse las venas y gritar que no hay futuro.
El contacto fue visual, sin una sola palabra.
Cuatro meses más tarde, el 1 de febrero de 1979, Visious murió a causa de una sobredosis de heroína.
Thurston Moore recuerda ese día como uno de los más intensos de su vida.
Aquella tarde niró atónito los noticiarios en la televisión, como si se tratara del asesinato del presidente John F. Kennedy.